Riesgos del sedentarismo
El ejercicio físico proporciona numerosos beneficios saludables y contribuye a mejorar la calidad de vida, si se realiza correctamente. Por el contrario, el sedentarismo reduce la capacidad funcional y provoca efectos negativos sobre la salud.
Excusas para no entrenar
La falta de tiempo, principalmente, y la pereza en menor medida, son dos de las razones más habituales para no hacer ejercicio físico. También es probable que no hagas ejercicio físico si no lo consideras importante o no adquiriste el hábito de pequeño.
Quizás la acumulación de malas experiencias durante la infancia, dando vueltas a un patio a un ritmo para el que no se estaba preparado, unido a la percepción de una baja habilidad, como consecuencia de actividades poco funcionales y muy alejadas de la capacidad física, también contribuyen a que algunas personas rechacen la práctica deportiva.
Es posible que el hecho de no saber por dónde empezar, qué actividad hacer y vencer la rutina sedentaria, compliquen el inicio de la actividad.
En cualquier caso, si logras superar estos obstáculos aún queda uno más: los primeros días de entrenamiento. Te apuntas al gimnasio y haces la misma clase que los que llevan toda la vida entrenando. Si “sobrevives” a ese día, seguirás entrenando, pero mucha gente abandona.
La acumulación de agujetas, cansancio y varios ejercicios que no has acabado de dominar fomentan el abandono. Pero no es necesario que el fin de la vida sedentaria sea radical. Tómalo con calma al principio. Lo importante es ponerse en marcha con algo fácil y divertido. Dale continuidad al entrenamiento y ya tendrás tiempo, más adelante, de otras cosas más complicadas.
Si, por el contrario, decides permanecer sedentario, hay algunas cosas que te van a acompañar a lo largo de tu vida. Así que antes de continuar inactivo, analiza si las razones para no entrenar se pueden superar. La falta de tiempo puede suponer todo un reto, pero buscar un pequeño rato 3 o 4 días a la semana ayudará a mejorar tu salud.
Efectos negativos del sedentarismo
El sedentarismo refuerza el proceso natural de envejecimiento, aumenta el ritmo de pérdida de fuerza, resistencia, flexibilidad, equilibrio, masa muscular y ósea… Cada vez más débil y adaptado a la situación de reposo. Cualquier pequeño esfuerzo supone una sobrecarga.
Esta situación es el caldo de cultivo ideal para desarrollar todas aquellas patologías y alteraciones que vienen de serie en la genética de muchas personas y que se ven potenciadas por un estilo de vida sedentario.
Hay muchas enfermedades crónicas, no contagiosas, que pueden aparecer en deportistas. El ejercicio físico no te hace inmune frente a ellas, pero el sedentarismo aumenta mucho el riesgo de desarrollar ciertas enfermedades. Seguro que muchas de ellas las has oído o conoces a alguien que las tiene.
Sobrepeso, hipertensión, cardiopatías diversas, diabetes, colesterol, osteoporosis… Todas ellas potenciadas por el estilo de vida. Además, el sedentarismo empeora el tránsito intestinal y el retorno venoso. Incluso puede aumentar el riesgo de padecer algún tipo de cáncer, favorecer el deterioro cognitivo o perjudicar la salud mental.
El entrenamiento no va a impedir que te pase algo de esto, pero previene su aparición o lo retrasa, sirve de ayuda en tratamientos globales, mejora la calidad de vida y ralentiza el proceso de envejecimiento.
Si quieres descubrir más beneficios del ejercicio físico tendrás que superar el primer mes o mes y medio de entrenamiento. ¡Ánimo! Ponte en marcha y descubre todo tu potencial.
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